Durante la época estival, la piscina de una vivienda adquiere especial protagonismo. Hoy en día, existen diferentes alternativas para el mantenimiento de una piscina; las tradicionales de cloro o las cada vez más normalizadas, de agua salada.
¿Cuáles son sus diferencias?
Las piscinas de agua salada emplean cloruro de sodio, es decir, la sal que consumimos a diario. Este tipo de piscinas posee un sistema de cloración salina; aparatos que se incorporan al sistema de depuración de la piscina cuya función se activa durante el proceso de filtrado del agua.
Es importante tener en cuenta que aunque sea de agua salada, contiene cloro, aunque en menor medida. Su uso es esencial para el adecuado mantenimiento de la piscina.
¿Cómo funciona el clorador salino?
1. En el proceso de filtrado, el agua pasa por el clorador salino.
2. Recibe la dosis de cloro necesaria para acabar con los microorganismos indeseados y mantiene el agua limpia.
3. Sistema de producción de cloro a través de electrólisis. Contribuye al aumento del pH del agua, para que el cloro no pierda eficacia y los niveles se mantengan adecuadamente.
¿Cuáles son las ventajas?
- Ahorro económico. Tanto en el mantenimiento como en el uso de productos químicos, si se mantiene un nivel estable, se reduce el consumo de químicos.
- La sal no se evapora, solo se pierde sal al entrar y salir de la piscina. Aunque se añada más cantidad de agua, el nivel de sal será el mismo, y su coste es muy bajo.
- Se reducen los riesgos de accidente, al utilizar una cantidad reducida de químicos.
- Evita consecuencias negativas para personas alérgicas al cloro.
- Se evitan irritaciones en la piel, ojos y cabello.
Actualmente, ambos sistemas de mantenimiento se encuentran disponibles en el mercado y es cada cliente quién elige qué sistema prefiere para el mantenimiento de su piscina. Entre los múltiples servicios que ofrecemos en MASA para la construcción y el mantenimiento de viviendas, también proporcionamos la instalación de piscinas salinas o piscinas de cloro.