La Semana Santa llega a la provincia de Alicante acompañada de buenas previsiones meteorológicas y una gran afluencia de público turístico. Según han anunciado algunos medios de comunicación, se prevé una ocupación media del 90% en el sector de la hostelería.
Muchos turistas aprovecharán las vacaciones para visitar playas y calas de la zona, ya que el buen tiempo se adueña de nuestro litoral. La Costa Blanca, con una temperatura media de 20 grados se sitúa como uno de los principales destinos turísticos en España.
Aprovechando la coyuntura vacacional, queremos recopilar información de las costas que tenemos a nuestro alrededor. Alicante es la provincia con mayor distinción en banderas azules, 59 en total según indica el organismo Costablanca.
La Costa Blanca Sur donde se ubica Santa Pola, se define por su calidad, tiene fácil accesibilidad y se puede disfrutar la mayor parte del año, ya que cuenta con más de 300 días de sol.
Playa de Los Arenales del Sol
Dotada de bandera azul, posee cerca de 3 kilómetros de arena fina y blanca, es una de las más valoradas en la costa alicantina. Posee una gran riqueza en su fondo marino, ideal para realizar actividades acuáticas. Además, se puede acceder al paraje natural Clot de Galvany y disfrutar del humedal.
Playa del Carabassí
Próxima a Los Arenales del Sol, la Playa del Carabassí se extiende alrededor de las dunas de arena fina y dorada. La engloba un extenso ecosistema, donde se puede percibir su tranquilidad y libertad.
Otras calas y playas de Santa Pola
Además de estas playas, en Santa Pola se pueden encontrar diferentes calas de fina arena y aguas cristalinas, al oeste playas con poca profundidad y bajo oleaje, ideales para familias. También se pueden localizar calas vírgenes en su paraje natural.
La Costa Blanca Sur se caracteriza por su patrimonio medioambiental y su gran accesibilidad. En todo su litoral posee puestos de socorrismo, restauración y ocio. MASA elige urbanizar desde hace décadas en este entorno privilegiado, rodeado de riqueza natural. Es ideal para disfrutar en familia y dejarse llevar en sus aguas cristalinas.